el barrancal set.05-. De no creer. Ahí está el tío. El de la foto de al lado. Quería defender el honor de la Benemérita. Así que se echó a la calle vestido como dios manda. Camisa azul, despechugue machuno a lo le­gión, pistolón en mano firme y gesto adusto. Si señor. A ver qué es lo que va a pasar aquí. Y claro, en el año del Quijote, no podía ser de otra manera, la pis­tola era de fogueo.

      Siempre se ha dicho que la vida supera la fic­ción. Ved aquí ¿Qué habría pasado si algún cineasta postmoderno hubiera inventado este héroe, esta situa­ción, y la hubiera puesto en una película?: Un agri­cultor resulta muerto en el trascurso de una paliza que un grupo de guardias civiles le mete a las puertas del cuartel de Roquetas (Almería) procurando que las cámaras de seguridad no graben su acto, y cuando días después unos centenares de vecinos se manifies­tan gritando asesinos frente al establecimiento va y sale ese personaje a defender el honor del Cuerpo con su vida si hace falta. Cuando menos habría sido ta­chado de exagerado, de crear estereotipos fáciles de mal gusto y políticamente incorrectos; quizás, hasta de falta de respeto a sagradas cosas por la que se le podría haber llegado a pedir jurídica cuenta.

     Pero esto es realidad, y por lo tanto a na­die se le puede culpar de la creación del esper­pento, sino al mismo que haya creado el Universo si es que un creador tiene. Pídansele a Él las responsabilidades que hagan falta por las conexiones simbó­licas que el asunto tiene. Incluso también las explicaciones de lo que significar pueda en el trasfondo total la indiscu­tible artrosis rancia que emana de la imagen.